El agua es esencial para la vida y la prosperidad de las personas; por ello, hoy en día, sus reservas, su preservación y su gestión son políticas de Estado; con acciones transversales que involucran a sus diferentes organismos. Su atención requiere enfrentar múltiples retos para conseguir y mantener una adecuada calidad del agua, desafíos que deben enfrentar el aparato del Estado en primera línea y el conjunto de la sociedad,organizada y sensibilizada en el uso racional, la defensa y la valoración de los recursos hídricos.